28 de diciembre de 2009

Ulver "Shadows of the Sun" (2007)

sombras
Ulver dejó de pertenecer al mundo del Metal allá por el año 1997, con su disco "Nattens Madrigal - Aatte Hymne til Ulven i Manden", el más brutal de su carrera y acaso un clásico del género, supuestamente grabado en vivo en los bosques noruegos.
Después de ello, una seguidilla de discos que paseaban (nos paseaban) por la música electrónica, el Ambient, los Soundtrack de películas, un rock muy circense-casi deudor del Arcturus más volado- (en su disco "Blood Inside" (2005)), y las logradas e impensadas influencias del Jazz ("Perdition city" (2000)).
Este que me ocupa hoy es hasta hoy el último disco de estudio de los noruegos experimentales por excelencia. Y significa otro volantazo en su carrera, que no era posible predecir justamente desde su obra anterior, el rockero "Blood Inside" (2005). Lo mejor de todo es que Garm vuelve a utilizar su genial voz, cosa que no hacía desde el año 2000 (exceptuando "Blood Inside", por supuesto).
Allí es donde radica la extravagancia que representa por si sola esta banda. Sus mutaciones, sus metamorfosis son continuas, y desde el año 1997, no existe ningún disco que se parezca entre si, y aún así no se leen quejas en ninguna parte. Son igualmente reconocidos por la escena Black (a la que ya no pertenecen), la música electrónica, el Ambient, etc.
Sus músicos son tan inquietos como sorprendentes, y cada lanzamiento sintetiza una experiencia nueva dentro de la concepción del sonido que la banda tiene.
Evidentemente, el cerebro detrás de todo esto es su líder, el cantante, compositor, programador, etc. Garm (quien participara en Arcturus, Borknagar, Head Control System, etc).
Una banda impresionante, con uno de los mejores cantantes del ambiente, y con una discografía plagada de aciertos. Este es uno de ellos, en donde logran climas que te arrastran en una especie de trance alucinógeno por lugares desconocidos, y no te suelta hasta que el disco termina. Casi como si el animal de la tapa te llevara a rastras y contra tu voluntad a lugares que solo él conoce.
Ulver, una experiencia que hay que atravesar para entender la música de este siglo.
La puerta está abierta.

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